quarta-feira, 7 de setembro de 2011

17- EL LOCO POR EL HADES


EL LOCO POR EL HADES

Capítulo abierto a la creatividad

ARGUMENTO INICIAL:
Animado y esperanzado por lo que le parecían muy buenos augurios y armado de una determinación a toda prueba, Orfeo ya no regresó a Tracia, donde temía que sus padres insistieran en que aceptase un cargo público, sino que se dedicó a viajar, preguntando y preguntando sin parar, del norte al sur de Grecia, a ambos lados del Mar Egeo,  durante otros tres años, sobre cómo debería hacer para encontrar las puertas del Hades sin morir. Las respuestas de todo tipo que cosechó darían para escribir otro libro como éste. Ninguna de ellas le resultó mínimamente fiable. Por donde iba le llamaban “El Loco por el Hades”.


Finalmente, en la orgullosa Tirinto de los Aqueos le dijeron que se rumoreaba que su antiguo compañero argonauta, Hércules, había hecho, por orden del rey, tres largos viajes al País de los Muertos, allá en el Remoto Occidente. Hasta se había presentado un día ante la corte con un monstruo mal amarrado entre sus manos, que hizo pasar por el mismísimo guardián del Hades.

No hubo manera de que el rey Euristeo de Tirinto accediese a verle para hablar de Hércules; su insistencia fue, incluso, contestada con una amenaza de expulsión de la ciudad, si continuaba molestando.
Pero cuando ya le iba a enviar un mensajero al mismo rey Eagro de Tracia para que  pidiese a Euristeo para él una audiencia en su nombre, un comerciante recién llegado de Creta le contó que Hércules atacó Troya con una expedición de aqueos, acabando con su monarca, Laomedonte,  y que, después de conseguir un enorme botín,  había permitido generosamente que siguiese ocupando el trono el príncipe troyano Príamo. Añadió que ahora mismo el coloso se encontraba en Knossos, haciendo no se sabía qué, entre las ruinas del Laberinto de Minos.

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