quarta-feira, 7 de setembro de 2011

13- EL ÁRBOL AMIGO


EL ÁRBOL AMIGO

         Capítulo abierto a la creatividad, especialmente adecuado para quien pueda entrar en el tema da consciencia del Reino Vegetal y de la comunicación con él.

ARGUMENTO DE FONDO:
Anónimo Anónimo


Eurídice continuaba sintiéndose con total libertad para ayudar en la organización y asistir a las ceremonias de las orgías sagradas de primavera, donde las Sacerdotisas-Ninfas invocaban la potencia fertilizadora de la Gran Madre para las tierras del país, aunque, a la hora en que las jóvenes Dríades elegían a sus fecundadores entre la fila de varones expectantes, para unirse luego ritualmente con ellos sobre el surco del arado o bajo la sombra de los frutales, ella ponía todos sus pensamientos en Orfeo y prefería retirarse sola a su árbol preferido.


Porque igual que hacían las Ninfas Hamadríades de las leyendas, ella había escogido como amigo a uno de los árboles. Era un haya colosal muy cercana a la cascada, que tenía una gruesa rama baja y curva a la altura de su pecho, a la que era fácil subirse.
Dejándose acunar por el árbol en aquel regazo suyo que se parecía a los brazos de un padre, contemplaba como caían, sonoras, las aguas, desde la montaña a la laguna. Y hablaba con el Deva que lo animaba  de lo divino y de lo humano,  especialmente durante aquel tiempo que su corazón sintió como el más largo y lento de su vida,  el tiempo que le llevó a Orfeo su aventura junto a  los griegos en la Cólquide, y el tiempo, sentido como mucho mayor, de todas las vueltas que ellos tuvieron que dar para escapar a la venganza de los colquídeos, que los persiguieron en naves de guerra.
Eurídice hablaba con su árbol amigo como si el alma-grupo de las hayas fuese un dios bondadoso que podía proteger a su amado, estuviese donde estuviera, ya fuese navegando en las aguas del Mar Egeo o del Negro, o enfrentándose al peligro en los confines orientales del mundo.
                   Durante aquel tiempo que parecía no pasar, el árbol fue su confidente y su consuelo; cuando estaba triste o melancólica se dejaba dormir en su rama, arrullada por el fragor de la cascada. Se levantaba después sintiéndose recargada de energía dévica y de esperanza y no dejaba nunca de darle un largo abrazo al grueso tronco, antes de despedirse.

Desde crianças, as Dríades tinham sido instruidas pelas Sacerdotisas-Ninfas no conhecimento, compreensão, colaboração, comunicação e eté identificação de sus propias almas com as almas-grupo ou consciências angélicas e dévicas que animavam o mundo vegetal, do qual as grandes árvores eran consideradas as mais evolutivamente avançadas, entre las manifestações daquelas mónadas no mundo da forma vegetal. Eran verdadeiras antenas que captavam as melhores energías do Cosmos para transmiti-las ao planeta Terra e a todos os seus habitantes.

As Ninfas diziam que a Lei Cósmica do Amor consite em que, neste universo feito de de Pura Consciência Ativa, veiculada em formas em transformação, as consciências de maior desenvolvimento devem cuidar das que tem menos, se  elas querem, a sua vez, ser ajudadas a galgar degraus evolutivos superiores pelos espíritos sutís que já conseguiram acessar a eles.

Diziam também que, assim como os seres sutís elemantares cuidam das plantas uma a uma, entidades de consciencia maior os dirigem e cuidam em grupo de cada espécie. Assim como existe um espíritu puro (o sin personalidad ni libre albedrío) que es el Yo Superior o la consejera Voz de la Consciencia de  cada persona encarnada,  eso que los mesopotámicos llamaban  Anjo Guardián, también hay um Alto Anjo que vela pela preservação do arquetipo de cada nação e de facilitar a realização da missão que cada pueblo tem no Plano Evolutivo Planetário.


Ainda mais, um nível de Espíritos Puros más próximos em vibración a la Fuente Original, os Arcanjos, que nosotros, tracios y los griegos llamamos los Kabiri o Kabiros, em colaboração com Mestres Ascensionados, ou seja com as mónadas que ja passaram pelo Reino Humano da Superfície da Terra e o transcenderam, cuidam juntos, com o título de “Jardineiros do Universo”, de cada uma das raças e subraças monádicas e humanas nas que vão encarnando as almas que, antes de fazé-lo em corpos de homens e mulheres, já passaram muito antes por evoluções em corpos animais, vegetais, minerais e elementares.
Da mesma maneira, os Altos Pitris ou Devas da Natureza preservam o arquétipo e  facilitam a missão de cada espécie ou subespecie animal, vegetal ou mineral.

Ajudada por su sabia madre, Eurídice tinha conseguido desenvolver um alto grau de comunicação intuitiva com varias delas, muito especialmente as que animavam às faias, carvalhos, pinheiros, cedros, ciprestes  e castanhos. Também entendía-se muito bem com os Devas dos loureiros, oliveiras, salgueiros, chopos, amendoeiras macieiras, pereiras e cerejeiras, y con los de  todo tipo de cañas y bambús. Seu grupo de companheiras Dríades, as “Jardineiras do Bosque Sagrado”, por toda parte que íam, replantavam, ademais, roseiras e iris silvestres de todas as cores e formas, às quais chamavam “as jóias da Deusa”.

É claro que os Devas não falam com palavras e frases de nemhuma língua nem possuem um corpo mental semelhante ao dos humanos desenvolvidos. Eles são pura sensibilidade e, através dela, ressoam no interior de quem tem, também, outra boa sensibilidade e, sobretudo, um verdadeiro amor ativo e reverente pela Natureza.

“Quando tu não tinhas nascido ainda, mas estavas começando a ser gestada no meu ventre –contava sua mãe-  eu já tinha uma enorme comunicação contigo, através do meu amor por ti, ou seja, a través da Deusa, que es la Luz Inmaterial Viva que dió forma y sostiene a  todas as aparentes unidades de existencia material, para que cada una de ellas sirva al conjunto, tal como las innumerables olas sirven a la conformación y movimiento de la superficie del Océano Único.
Yo cantava bajito quantas canciones sabía para tí, porque la vibración del verbo amoroso penetra e influye positivamente em todas las dimensiones. Eso es lo que se llama orar. Es de esta mesma manera reverente, devota, orante y concentrada que tú puedes comunicarte con cada emanación de la Grande Madre que anima cualquier planta, cualquier ser, con la llúvia, con las piedras, porque por atrás de cuanto existe hay sempre un aspecto de la Madre Divina que te responde si tú la invocas… Te responde dentro de tí y no afuera, es claro, porque también é Ella quien conforma tu Mónada e quien creó la forma que la vehicula en este plano.”

Las “Jardineras do Bosque Sagrado”,

      El árbol ganó su mayor abrazo cuando ella vino corriendo una tarde, después de haber recibido a un mensajero de Ptía, que le contó que los Argonautas habían conseguido retornar con el Vellocino de Oro y con Orfeo vivo, entero y lleno de gloria. Él mandava decir que a amava a Eurídice más que nunca y que la vendría a ver, antes que a nadie, en cuanto regresase a Tracia.

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